Clyde (Jeffrey Dean Morgan) y Stephanie Brenek (Kyra Sedgwick) no ven
motivo de alarma en la extraña obsesión de su hija, Em, por una caja
antigua de madera que ha comprado de segunda mano. Pero cuando su
comportamiento se vuelve agresivo, la pareja empieza a temerse que haya
una presencia maléfica entre ellos, sobre todo al descubrir que la caja
en cuestión fue creada para albergar a un dibbuk, un espíritu
desencarnado que toma posesión del cuerpo de un ser humano y acaba por
destruirlo.